miércoles, 7 de noviembre de 2007

Las Fiestas tradicionales del norte argentino




Tilcara, un pueblo rodeado de montañas y ritos

Más de 400 fiestas anuales se llevan a cabo en Tilcara, provincia de Jujuy, en las cuales lo pagano y lo religioso encuentran su equilibrio.


El instinto de supervivencia obligó a los habitantes de esa región, Coyas especialmente, a incorporar en la mayoría de sus ritos las exigencias religiosas de los conquistadores pero sin descuidar las propias. De esa amalgama nacieron las más puras expresiones de agradecimiento a la naturaleza, la vida y los antepasados.
Entre las fiestas que están por venir se encuentra las de los Pesebres, que se realiza a partir del 8 de diciembre hasta el 6 de enero, donde algunas familias y barrios hacen pesebres de distintos tamaños y los colocan dentro de las casas, lugares religiosos o directamente en la calle. Walter Apaza, un Coya que ayuda a organizar todas las fiestas de aquel pueblo y es, además, profesor de historia y director del museo “Soto Avendaño”, cuenta que grupos infanto-juveniles van danzando por las calles junto con los músicos y visitan dos o tres pesebres por día. Cuando llegan frente a uno hacen una danza ritual: si la casa en la que está el pesebre posee un palo con 12 trenzas (puesto especialmente para la ocasión), hechas con lana de oveja y de distintos colores, se realiza “la danza de las cintas”, en la que 12 jóvenes toman una cinta cada uno y hacen figuras como canastas y pinos. Si el palo no está, se hacen otras danzas: la del torito, danza de los pies cruzados o la mudancita, entre otras.


Los músicos son chicos del pueblo y el ritmo y la melodía son dados por la quena que está acompañada por el redoble y el bombo, y mientras van de un pesebre a otro (ese pasaje se llama pasacalle) la gente se va sumando. El 6 de enero termina la fiesta con el encuentro de todos los pesebres en la plaza principal, y todos los chicos (que pueden ser más de 2 mil) hacen un desfile mientras danzan al ritmo y muestran sus coreografías. Pero no es competitivo.
El siguiente evento más importante es el “Enero Tilcareño”, que se celebra después de la primera semana hasta fin de mes, y se concentran actividades que van desde lo cultural (arte-pintura, escultura, grabados), social (bailes públicos, bingos) deportivos (encuentros, olimpíadas, concurso de pesca) hasta musicales (festivales folclóricos con presencia de artistas locales, nacionales y extranjeros). Se realiza en los museos, en los clubes, en la municipalidad, en las asociaciones gauchas, etc.
Luego viene el carnaval, que es una mezcla de las fiestas saturnales de Roma y de la fiesta de la abundancia del mundo Andino. Oficialmente comienza el 25 de febrero pero ya diez días antes empiezan a festejarlo con el “jueves de compadre”. Ese día se homenajea a los hombres y la gente se reúne en casas y peñas donde comen asado, picante de pollo o de mondongo y bailan, cantan coplas, y, por supuesto, beben mucho alcohol. El jueves siguiente es el de “la comadre”, todo es igual pero la homenajeada es la mujer. Y el sábado siguiente es cuando empieza el carnaval con el desentierro del diablo. Cada comparsa del carnaval tiene un mojón (un montículo de piedras que representa el lugar donde está enterrado), que riegan con bebidas alcohólicas, con hojas de coca y cigarrillos encendidos. Cada comparsa se junta diariamente en su local (un lugar que tiene dispuesta cada una) alrededor del mediodía con su banda de música, sus diablos (hombres y niños se visten como tal) y sus seguidores para luego salir a bailar por las calles del pueblo e ir a los lugares que han sido invitados donde los esperan con mucha bebida. El diablo representa la diversión, la alegría y el sexo, y durante todo el carnaval gobierna el diablo, por ende, gobierna la diversión, la alegría y el sexo.
Otra característica es que la gente se tira talco y papel picado en la cara y en la cabeza. El papel picado es alegría y el talco viene de una de las fiestas greco-romanas (fiestas saturnales) en donde se le ponía talco a la gente para que no sea reconocida.
Después de una semana de alcohol y bailes, las comparsas vuelven a su mojón para enterrar al diablo (que en realidad lo queman) y así termina oficialmente el carnaval. Pero para quienes se queden con ganas tienen al domingo siguiente el “carnaval de Flores” y al otro el de “Remache”. Luego el de los fortines (se hace únicamente en Tilcara), de la señalada y el de los copleros. Estas son sólo algunas de las 400 fiestas que se festejan cada año.



Gabriela Levite