miércoles, 7 de noviembre de 2007

El arte como objeto de mercado

En pocos días debería empezar la décima edición de Estudio Abierto, pero lamentablemente este festival multidisciplinario que tiene como protagonista al arte contemporáneo no tendrá lugar este año. Los rumores indican que en el último año se han robado mucha plata, y la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que siempre ha organizado este ciclo a través de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural ya no estaría dispuesta –por lo menos este año- a verse, nuevamente, perjudicada.
La edición 2006 de Estudio Abierto se realizó del 16 de noviembre al 3 de diciembre y tuvo como sede central al Palacio de Correos, pero muchos otros lugares formaron parte del ciclo. En el Instituto Goethe tuvo lugar un interesante debate protagonizado por la filósofa alemana, Mercedes Bunz, en el cual destacó el actual papel de los artistas y el por qué ya no se encuentran fuera del sistema sino adentro. En definitiva ¿Cómo sobrevive la cultura pop en el sistema capitalista? ¿Sigue siendo alternativo un arte que es utilizado por las marcas más importantes del mundo?

Para Mercedes Bunz, el arte en general, y en este caso la cultura pop, surgió como una crítica a las costumbres sociales y burguesas, pero el capitalismo fue “aprehendiendo y cooptando” a los artistas y sus símbolos haciéndoles perder su significado original. Bunz resaltó que “antes había un capitalismo neoliberal pero ahora es un capitalismo de redes y el prototipo de esta nueva forma es el artista”. La historia que sirvió como promesa durante mucho tiempo en Europa es que uno empezaba pobre pero tenía posibilidades de ascenso y seguridad social. En ese entonces, la cultura del arte pop se rebelaba e intentaba tener sus propias reglas dentro de aquel sistema -vivir la vida correcta dentro del mundo equivocado-. El actual capitalismo de redes recorta todos los servicios sociales y hace que uno tenga que asumir más responsabilidades, muy parecido al estilo de vida que antes era sólo para los artistas. La filósofa analiza que “es un gran problema para la cultura pop que el capitalismo se robe el modelo de vida de los artistas y mi respuesta sería: robar también – y agrega- no es lo mismo que el arte lo hagamos nosotros o la economía”. Últimamente el arte financiado por empresas o por el estado es muy común, por ejemplo Niké que financia proyectos artísticos o el mismo Espacio Abierto que es financiado por el Estado Argentino.
Según la filósofa ahora la crítica está dentro del capitalismo y no fuera, ya que uno puede ubicarse en la izquierda pero siempre dentro del capitalismo. La izquierda siempre propuso un ascenso colectivo, el capitalismo un ascenso individual pero hoy directamente no hay progreso de ningún tipo, “es la generación de los practicantes -que pasan de pasantía en pasantía-. La cultura pop propone una red de amigos que van pasándose proyectos y tratándose de ayudar mutuamente”. Bunz aclara que no es una solución no aceptar los proyectos financiados por otros pero que el artista tiene que buscar una forma para seguir irritando al sistema, y cuenta: “Berlín tuvo gran cantidad de financiamiento por parte del estado y ya se había vuelto aburrido, era arte todo el tiempo, ya no sorprendía ni a irritaba”. Además, terminó diciendo que hoy una persona lo único que necesita es una computadora y una idea “internet llegó a todas partes, háganlo”.


Gabriela Levite